Carpa Diem
Era necesario volver. La mía era una
bestia diletante cansada de dormir; la tuya era grande y estaba por
crecer. Las dos necesitaban ser heridas desparramadas en una
habitación de hotel, un reguerillo de sangre que cuelga del nórdico
para desquitarse. Era necesario volver para volverse a sentir. La
tropelía de tus dientes que moran contra mí, el morado y amarillo
de mi piel de ocelote ofendido, la dulce violencia de unas manos que
maniatan y sujetan las ganas de.
no sé. Dos bestias que luchan.
A veces se me olvida que la vida
ensucia, que escupe y tira como los borrachos a aquella sirena de
Neruda. Y no hay nada que hacer, nada excepto abrir las piernas y
contemplar el brillo que deja tu saliva. Y de ver cómo te mueves
desnuda, cómo ondea la carpa enfurecida que nada en tu cadera,
siempre luchando contra el agua y las dudas. ¿Qué voy a hacer
contigo? Échale imaginación, y un par de galgos con hambre. Lo
quiero todo en los huesos, con ladridos secos y calientes. Deja
entrar a la lluvia, que se está matando contra los cristales, que
moje a las bestias dormidas y diletantes, que las despierte entre
barro y señales. Ahí, sí. Sigue. Así sí, asir también. Para. La
bestia suelta un murmullo por lo bajo. El roce con las sábanas
quema, enciéndete ese cigarrillo. A veces se me olvida lo necesario
que es un descanso. Ser joven un rato, dar una calada simple y
profunda. Me he prometido a mí misma no volver a pasar nunca tanta
sed. Primero el latido, luego el picor, por último las olas. La mar
salada. La sirena se ahoga. Su grito contra las rocas, contra mi boca.
A veces se me olvida que la vida es
sucia y la suciedad necesaria. Y no hay nada que hacer, nada excepto
abrir las piernas y confiar. Yo confío en que el amanecer llegue
pronto y los servicios de limpieza tarde.
Siempre es necesario volver.
Y toda esta hambre.
Tremendo :-)
ResponderEliminarMuy buen escrito, un abrazo feliz!!
ResponderEliminarcolosa
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